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Mar de Arabia

TESORO PIRATA

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El Tesoro Perdido de Barbanegra: La Maldición del Corazón de Fuego

En el año 1718, el temido pirata Edward Teach, conocido como Barbanegra, surcaba los mares del Caribe con su barco, el Queen Anne's Revenge, sembrando el terror entre comerciantes y marinos. Pero detrás de su feroz reputación se escondía un secreto que solo unos pocos conocían: un tesoro fabuloso, robado de galeones españoles y acumulado durante años de saqueos, que contenía no solo oro y plata, sino un artefacto legendario conocido como el "Corazón de Fuego", un rubí del tamaño de un puño, tallado con runas antiguas y envuelto en un aura de misterio.

Dicen que Barbanegra lo obtuvo en una batalla frente a las costas de Panamá, tras hundir un galeón español que transportaba tesoros de las colonias americanas. El rubí, según las leyendas, había sido robado de un templo maya por los conquistadores españoles, y se decía que estaba maldito: quien lo poseía ganaba riqueza y poder, pero a un costo terrible, pues atraía la muerte y la desgracia a su alrededor.

Sabiendo que su fin estaba cerca (los cazadores de piratas ingleses, liderados por el teniente Robert Maynard, se acercaban), Barbanegra decidió ocultar su tesoro en una isla desierta al norte de las Bahamas, conocida como Isla Esmeralda por sus aguas cristalinas y su jungla impenetrable. Con su tripulación más leal, navegó bajo la luz de la luna llena hasta una cueva oculta tras una cascada, donde enterró el cofre. Dentro había monedas de oro español, lingotes de plata, joyas incrustadas con turquesas, amatistas y zafiros, y, en el centro, el Corazón de Fuego, envuelto en un paño de seda negra y sellado con un candado de hierro forjado.

Antes de partir, Barbanegra grabó un mapa en un trozo de pergamino, pero lo dividió en tres partes, entregando cada una a diferentes miembros de su tripulación con la advertencia: "Solo el corazón puro podrá reunirlas y reclamar el tesoro, o la maldición lo devorará todo". Sin embargo, antes de que pudiera escapar, Maynard lo alcanzó en la batalla de Ocracoke Inlet, y Barbanegra cayó, dejando el secreto perdido en el tiempo.

Pasaron siglos. En 1825, un pescador bahameño llamado Tomás Rivera encontró una de las piezas del mapa, medio desintegrada, atrapada en una red. Intrigado por las marcas y los símbolos—una calavera, una cruz y una estrella marina—comenzó a investigar. Siguiendo las pistas, llegó a Isla Esmeralda, pero la jungla y las trampas dejadas por Barbanegra (como pozos ocultos y rocas movedizas) lo detuvieron. Dicen que Tomás desapareció tras escuchar un grito sobrenatural, y su barco fue encontrado a la deriva, con su diario garabateado con advertencias sobre "ojos rojos en la oscuridad".

En 2025, una arqueóloga submarina, Elena Martínez, descubre las otras dos piezas del mapa en un naufragio frente a las costas de Florida, dentro de un cofre de madera corroído por el tiempo. Al unirlas, revela las coordenadas exactas de la cueva en Isla Esmeralda. Elena, fascinada por la historia de Barbanegra, organiza una expedición, pero pronto se enfrenta a extraños fenómenos: tormentas inexplicables, sombras que se mueven entre los árboles y un brillo rojo que parece emanar del corazón de la isla.

Cuando finalmente encuentra la cueva, el cofre está intacto, pero al abrirlo, el Corazón de Fuego brilla con una luz cegadora, y una voz espectral—la de Barbanegra—susurra: "La codicia te consume, o el tesoro te libera". Elena, consciente de la maldición, decide dejar el rubí en su lugar, sellando la cueva y guardando el secreto. Sin embargo, el mapa fragmentado permanece en su posesión, tentándola con la posibilidad de volver… o de destruir la maldición para siempre.

El tesoro sigue escondido, protegido por la jungla, las trampas y la maldición del Corazón de Fuego. Algunos dicen que los descendientes de la tripulación de Barbanegra aún buscan las piezas del mapa, mientras que otros creen que el rubí espera al "corazón puro" que lo libere sin caer en su hechizo

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